ONCOLOGÍA
CÁNCER VESICAL

La presencia de orina con sangre (hematuria), es el principal sintoma del tumor vesical.
El tabaco esta íntimamente relacionado con la presencia de este tumor.
DIAGNÓSTICO
Ante un paciente con hematuria lo primero que realizamos es un ecografía. Es una prueba muy útil para el diagnostico del tumor vesical que nos da información acerca del tamaño, lozalizaciÓn y aspecto del tumor.
Si no observamos el tumor en la ecografía y en lugar de hematuria, el paciente presenta un síndrome miccional irritativo (polaquiuria, urgencia) que no responde a tratamiento médico, debemos sospechar que se trata de un tumor agresivo, en cuyo caso la citología de orina puede ser de gran ayuda.
En todos los casos, la cistoscopia es la prueba por excelencia para diagnosticar el tumor vesical y la que mayor información nos da. Consiste en introducir a través de la uretra, bajo anestesia local o sedación, un aparato con una óptica en su extremo y que nos permite visualizar la vejiga por dentro y valorar cualquier patología en su interior, entre ellas un tumor.
Si no observamos el tumor en la ecografía y en lugar de hematuria, el paciente presenta un síndrome miccional irritativo (polaquiuria, urgencia) que no responde a tratamiento médico, debemos sospechar que se trata de un tumor agresivo, en cuyo caso la citología de orina puede ser de gran ayuda.
En todos los casos, la cistoscopia es la prueba por excelencia para diagnosticar el tumor vesical y la que mayor información nos da. Consiste en introducir a través de la uretra, bajo anestesia local o sedación, un aparato con una óptica en su extremo y que nos permite visualizar la vejiga por dentro y valorar cualquier patología en su interior, entre ellas un tumor.
TRATAMIENTO
Una vez diagnosticado el tumor de vejiga, el siguiente paso es conocer como se llama, cuanto agresivo es y hasta donde infiltra.
Para eso realizamos una resección transuretral en quirófano y bajo anestesia raquídea (cortar el tumor en trozos hasta eliminar todo el tumor y que son evacuados a través de una vaina para su análisis patológico).
La mayoría de tumores son superficiales, es decir, no infiltran la capa muscular de la pared vesical y por tanto con la resección transuretral se ha conseguido su eliminación. Aquellos cuya anatomía patológica nos informa como infiltrantes, la RTU no es suficiente y es necesario plantear un tratamiento radical mediante la extirpación quirúrgica de la vejiga.
En casos seleccionados, es posible conservar la vejiga sometiendo al paciente a tratamiento con quimioterapia y a una estrecha vigilancia.
Para eso realizamos una resección transuretral en quirófano y bajo anestesia raquídea (cortar el tumor en trozos hasta eliminar todo el tumor y que son evacuados a través de una vaina para su análisis patológico).
La mayoría de tumores son superficiales, es decir, no infiltran la capa muscular de la pared vesical y por tanto con la resección transuretral se ha conseguido su eliminación. Aquellos cuya anatomía patológica nos informa como infiltrantes, la RTU no es suficiente y es necesario plantear un tratamiento radical mediante la extirpación quirúrgica de la vejiga.
En casos seleccionados, es posible conservar la vejiga sometiendo al paciente a tratamiento con quimioterapia y a una estrecha vigilancia.
